lunes, 11 de julio de 2011

viernes, 19 de noviembre de 2010

Mexico 1824

Al proclamarse la independencia del país en 1821, con los tratados de Córdoba, se adoptó un sistema de gobierno imperial bajo el mando de Agustín de Iturbide, quien heredó exactamente la misma división política que tuvo el último virrey, don Juan O’Donojú, y que observamos en el anterior mapa. Sin embargo, tras el breve periodo en que tuvo el poder Iturbide como emperador —de julio de 1822 a marzo de 1823—, la visión del tipo de Estado que se requería dio un giro y se optó por el sistema republicano, que se vio consagrado en la primera Constitución de 1824.

En esta nueva Constitución se realizó la primera división territorial por estados, que sustituyó para siempre a las del régimen virreinal. Hay que destacar varios detalles: la pérdida de toda Centroamérica, ya que desde un año antes todo el territorio de la Capitanía General de Guatemala —que también incluía a Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica— decidió separarse y formar las Provincias Unidas del Centro de América, de muy poca duración; Chiapas y la zona del Soconusco fueron reclamadas por Guatemala —ya que históricamente le pertenecían—, pero el 14 de septiembre de 1824 el congreso local chiapaneco votó a favor de su anexión a México; Alta California, Baja California y Nuevo México no adquirieron la categoría de Estado por su poca densidad de población.

Algunos estados estaban unidos en una misma entidad, como Sonora y Sinaloa, Coahuila y Texas; además de que algunos otros no existían, como Nayarit, que pertenecía al estado de Jalisco; Aguascalientes era parte de Zacatecas; Campeche y Quintana Roo estaban incorporados al estado de Yucatán, mientras que Guerrero, Hidalgo, Morelos y el Estado de México conformaban la entidad llamada México, y Tabasco era identificado como San Juan Bautista.

Nueva España Dividida en Intendencias

A finales del siglo XVIII, concretamente en el año 1786, se dio un cambio trascendental en la división política de la Nueva España. Establecido el dominio borbón en España, se hicieron reformas administrativas impulsadas por el rey Carlos iii con la finalidad de reducir los poderes del virrey y de las audiencias. Estas nuevas divisiones, llamadas intendencias, crearon un tipo de gobierno en el que el intendente o gobernador general unificaba las funciones de impartición de justicia, obras públicas, hacienda y guerra. Estas reformas se tradujeron en la formación de doce intendencias en el territorio novohispano del centro y sur, mientras que en todo el norte —en el que la densidad de población era mucho más baja— se agruparon las provincias existentes bajo el mandato de dos intendencias: las provincias internas de oriente o Intendencia de San Luis Potosí, y las provincias internas de occidente, que comprenden las intendencias de Durango y de Arizpe, con una fuerte presencia militar ante las amenazas provenientes del norte del país.

Con el establecimiento de estas nuevas divisiones es posible identificar claramente, sobre todo en el centro y sur, las entidades que más tarde se convertirían en los actuales estados de la República.